De acuerdo al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), el 63,2 por ciento del Guaviare equivalente 3,5 millones de hectáreas, tendría que estar bajo la categoría de conservación y protección ambiental, es decir que no se debería hacer uso de sus recursos naturales por su importancia ecológica y porque sus bosques de galería, selvas húmedas, serranías y sabanas, son el hogar de un sinfín de fauna y flora silvestre.


Igualmente el IGAC señala que el área que podría ser intervenida para actividades agropecuarias, sin afectar los recursos naturales en el Guaviare, abarca el 7,62 por ciento del departamento, es decir 423.894 hectáreas. De
este total, el 0,28 por ciento pertenece a tierras cultivables, donde se podrían implementar parcelas para maíz, soya, yuca, plátano, piña, arazá, copoazul, maraco y guayaba de mono. En el 5,9 por ciento del departamento tiene cabida la producción agroforestal, que consiste en una mezcla de actividades agrícolas, forestales y silvopastoriles, como árboles típicos del bosque (acacias, eucaliptos, pino, caoba y caracolí) con cultivos de cacao, chontaduro y marañón. Solo el 1 por ciento del Guaviare (50.153 hectáreas) es apto para el desarrollo silvopastoril, una combinación entre árboles y pastos para el ganado; el IGAC recomienda mezclar especies arbóreas como cedro, caoba y abarco, con pastos.

Cabe destacar que el departamento cuenta con 26 resguardos de al menos 15 pueblos indígenas: Carapana, Carijona, Desano, Jiw (Guayabero), Nukak (Makú), Piratapuyo, Puinave, Sikuani, Siriano, Tucano, Wanano, Karijona, Kubeo. Kurripako y Piaroa

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